14 agosto 2006

Preocupémonos por nosotros

Estuve viendo el blog de mi amigo Pablo, en el que pide hacer un post con respecto a la situación de Líbano e Israel. Tengo mis opiniones, obviamente, sobre el tema y tengo una razón más que importante para preocuparme por eso, ya que mi hermana vive en Israel, pero tengo dos razones más fuertes que esas para negarme a escribir sobre eso. Y estas son:

1- Hace miles de años que este sector del mundo se preocupa más por demostrar quién es más creyente o tiene más razón que el otro, que en dedicarse a vivir cada uno su vida y preocuparse más por sus respectivos habitantes que por los otros. Esta no es la primera guerra entre ellos ni va a ser la última hasta que entiendan que cada uno tiene su fe y su opinion, y empiecen a respetar los derechos individuales y territoriales. A mi entender, eso nunca va a pasar.

2- La más importante: yo soy argentino, vivo en Argentina. Mi país se sume cada vez más en la violencia sin sentido y la corrupción. En mi país casi nadie quiere hacer las cosas bien, se mata sin razón, se viola, se tortura, se secuestra, se roba sin culpa alguna, se miente descaradamente, se vota sin convicción. Y, para colmo, no se ve una solución a todo esto si la gente, los argentinos, no empezamos a pensar que todos y cada uno de nosotros hacemos al país y, por lo tanto, todos y cada uno de nosotros lo destruimos cuándo hacemos las cosas mal.

Por lo tanto, y para terminar, ¿de qué nos sirve preocuparnos por paises en que su gente apoya y cree necesaria una guerra (inclusive las instituciones judias argentinas apoyan la guerra, se ve que se olvidaron del terror de los atentados a la AMIA y a su embajada)?
¿Cómo podemos preocuparnos por paises casi desconocidos para nosotros si nuestra propia Argentina va derecho a la destrucción, y sin necesidad de ninguna guerra?

Quizá me acusen de reaccionario y de que no me preocupan las miles de muertes de inocentes en esa guerra estúpida (cómo todas las guerras). Y quizá, no lo sé, tengan razón. Pero esto es lo que pienso, y lo que creo correcto.